LAS NARRACIONES LITERARIAS
1.
¿Qué es una narración?
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2.
¿Cuál es tu narración
favorita?
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Las narraciones literarias se valen de la
ficción para contar los hechos que les suceden a unos personajes.
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Los hechos ocurren en lugares: reales o imaginarios y abiertos o
cerrados.
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Giraluna
Había una vez un inmenso campo de
girasoles. Era como una luminosa alfombra amarilla, tendida desde la orilla del
camino hasta más allá del horizonte.
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Personajes.
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Era un campo de girasoles
orgullosos. Cada uno quería ser el primero y se empujaba para ser más alto
que el otro. Ni siquiera se hablaban.
Solo les importaba crecer y crecer, amarillear cada vez más radiantes y
siempre girando para no perder de vista al Sol. El sol muy indiferente,
seguía su camino tan alto, tan solo.
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Los hechos suceden en un tiempo.
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Así durante el día. ¿Y durante la
noche?
Cuando el sol se ocultaba, los girasoles no tenían nada que hacer.
Mustios y aburridos, se doblaban sobre sus tallos, bostezaban, y se quedaban
dormidos hasta el nuevo amanecer. Entonces, cuando el Sol aparecía, los
girasoles empezaban a levantarse.
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Las narraciones giran en torno a: un problema o conflicto.
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Entre tantos girasoles había uno
que nació más tarde. Por más que se estiraba y se estiraba, no lograba asomar
su cabecita paliducha por entre las de sus hermanos.
Y ni siquiera podía imaginarse cómo era ese Sol tan admirado, tan
elogiado, tan adorado. Solamente por la noche, cuando los demás se dormían,
nuestro girasol pequeñín podía ver el cielo. Entonces, por supuesto, el Sol
ya no estaba, su tibieza y su luz ya no estaban.
Sin embargo, otra luz envolvía las copas de lejanos eucaliptos. Esa luz
provenía de un disco de plata que navegaba entre millones de estrellas.
Esa luz misteriosa decía:
- No
soy el Sol, soy la Luna. Tengo mil nombres más, todos sagrados. Soy la diosa
blanca que ordena las mareas y distribuye las lluvias. Soy la que vigila el
crecimiento de las plantas y de los animales.
El pequeño girasol se dejaba mecer por esas misteriosas palabras
lunaluneras, que le sonaban como una extraña canción.
La flor giraba su corola-coronita de plata, la seguía y la escuchaba.
-
No solo el sol, girasol, no solo el sol, te da lo que pidas. También yo,
la Luna, tan generosa como ninguna, soy dueña de la vida.
Si tus hermanos son para el Sol, girasol, vos sos para
la Luna. Y nadie te dirá nunca más girasol. Te dirán Giraluna.
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Los diálogos: permiten saber lo que piensan los personajes.
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